Amar sin culpas

Por Peyote

“Cuidar de mi misma no es un acto de autoindulgencia, es autopreservación, y esto es un acto de guerra política” Audre Lorde (1934-1992)

¿Cuántas veces te has sentido culpable por decir que no querés hacer algo?, por dejar aquella tarea pendiente, por decirle que no a algún plan con tus amigas, por no cumplir con todo lo que se espera de vos, o peor aún cuántas veces te has dejado de último por priorizar a otres. 

Me imagino que muchas veces, yo también lo he hecho y me he sentido culpable hasta de estar feliz porque siento que debo de resolver el mundo y que mientras yo me río o disfruto otras y otros sufren.

A las mujeres se nos enseña a sentir culpa desde siempre, se nos otorga el roll del cuido “somos nosotras las que debemos de cuidar de todos y todas” y “genéticamente” somos buenas haciendo eso según la concepción patriarcal de “la naturaleza de ser mujer”  pero entonces ¿Dónde quedo yo? ¿Qué hay del auto cuido? ¿Quién va a cuidar de mí?.

Pues la respuesta a esto es simple; nosotras mismas. Y una de las maneras de comenzar a cuidarnos es aprender a decirle no a la culpa, no somos las responsables del mundo no tenemos que llenar las expectativas de nadie solamente las nuestras, es increíble la manera que las mujeres nos exigimos tanto que nos olvidamos que también necesitamos pausar, que está bien sentarse y no hacer nada, que no tenés que cumplir con cosas que no querés hacer, que decepcionar a los otros es problema de ellos no tuyo, que no somos las heroínas que vamos a salvar el mundo. Nuestra prioridad y mayor responsabilidad es sentirnos bien con nosotras mismas cuidar de nuestro cuerpo que nos lleva y nos trae día a día, nuestra mente, nuestros pensamientos y no menos importante, nuestros sentimientos. 

Debemos de estar claras que si nosotras no estamos bien nada lo estará, es como construir un castillo con cimientos débiles, que tarde o temprano se va a derrumbar. Tomar conciencia de lo que ocurre con nosotras, escuchar esa voz que nos dice “descansa”,  “es suficiente” o “te estás haciendo daño”. Darnos amor es escucharnos, ¿Cómo podemos luchar contra las injusticias si somos injustas con nosotras mismas?.

No somos ni débiles ni egoístas por no poder más, mucho menos inútiles, se nos ha hecho creer que tenemos que estar disponibles siempre, que las mujeres podemos hacer mil cosas a la vez y claramente estos discursos solo son utilizados para que seamos esclavas. No somos “máquinas incasables” ni “Leonas de tiempo completo”. Si reflexionamos estas frases nacidas del patriarcado nos damos cuenta que son usadas para justificar que siempre se nos deleguen más responsabilidades y hacernos sentir incapaces si nos cumplimos con las mismas. 

Y entonces ¿Cómo nos hacemos entender que amarnos es cuidarnos? Bueno mi primer consejo desde mi vivencia es recordarnos que existimos, decirnos a nosotras mismas lo importante que somos y lo mucho que nos amamos, estamos aquí y somos un cuerpo que merece cuidados una mente que merece tranquilidad, merecemos sentirnos bien con nosotras mismas, nosotras somos ese lugar seguro.

¡Mímate! Si necesitas esa media hora del día tómala!

Aprende a decir que no. Muchas de nosotras estamos más pendientes de no herir a los demás y nos dejamos de último, si en realidad no querés hacer ese favor, no querés ir a esa fiesta, no vayas!, o en cambio si un día querés beberte tus bichitas, amiga hacelo! Todo con responsabilidad pero disfrútalo sin culpa y sin miedos.

A como cita Audere Lorde en la frase del inicio “el autocuido es un acto de guerra política” y ¿Por qué? Porque en un mundo donde se nos ha enseñado a sacrificarnos a odiarnos a dar la vida por los otros, tomarnos como prioridad es una ruptura con el sistema machista en el que vivimos.

Peyote, 28 años. Diseñadora de productos y gráfico. Poeta ocasional. Activista feminista en construcción y reconstrucción constante.

¡Históricas somos! Derechos queremos.

La movilidad de nicaragüenses en Costa Rica es histórica, y las mujeres nos enfrentamos a un sinfín de desafíos, obstáculos y violaciones a derechos humanos.